Historia

Historia

Calidad, sostenibilidad y tradición. Bajo estos tres grandes pilares nace Bodega Murga, un proyecto que vio la luz en los terrenos de la histórica y mítica Hacienda Murga. Los viñedos y la bodega están ubicados en el mismo corazón del Valle de Pisco, en el distrito de Humay, a unos 25 kilómetros del mar. Este valle tiene al norte una precordillera, y al sur unas dunas con bellos oasis. A la altura de Murga, el valle tiene un ancho de 4 kilómetros. El río Pisco atraviesa este valle, naciendo a la altura de Huaytará, y desembocando en el mar, entre la zona donde estaba antiguamente la Hacienda Caucato y la actual ciudad de Pisco. Este mismo río baña el lado norte de los campos del proyecto. Los suelos del valle, a la altura de Murga, son franco arenosos, con presencia notoria de piedra mediana y pequeña. 

Los terrenos del valle han sido cultivados desde épocas muy antiguas, habiéndose encontrado restos de la cultura Paracas en zonas cercanas como Tambo Colorado que fue ocupado continuamente desde épocas tempranas. Por este lugar, justamente, pasaba el Qapaq Ñan o Camino Inca, que iba desde Vilcashuamán hasta el mar. Los habitantes prehispánicos de la zona empezaron a llamar Pisco a todo el valle por la abundancia y variedad de aves que se puede apreciar aún hoy en día. Posteriormente, con la llegada de los españoles, el valle fue considerado como una de las opciones para establecer allí la capital, en la zona conocida como Lima la Vieja, muy cerca del proyecto. Por aquellos primeros años de la colonia, se inició el cultivo de vides y olivos.

No es hasta 1890 que la familia Bellido, adquirió la propiedad para tomar las riendas de la hacienda; una tarea que se ha logrado mantener de manera ininterrumpida, década tras década, pasando de generación a generación, hasta la actualidad.

Un hecho que marca la historia del viñedo es que, además de la siembra en sus valles, en el desierto de Pisco se sembró en hoyas, una acción que le recordó a los españoles las similares costumbres de su país. Es así como el nombre original de algunas parcelas de la antigua Hacienda Murga fue ‘Hoyas de Murga’, que, con el pasar de los años, se transformó a ‘Joyas de Murga’, nombre que se tomó como marca para los vinos.

Tras una conversación entre amigos, surgió este proyecto que se materializó poco después con la siembra de las primeras hectáreas, con vides de las siguientes cepas pisqueras: Albilla, Italia, Negra Criolla y Quebranta.

En 2017 y con ayuda de Alberto Di Laura, se logró hacer la primera prueba de destilación, en pequeña escala, y se notó que el destilado producido era de excelente calidad. Un año más tarde, surgió la idea de elaborar vino de las mismas cepas pisqueras sembradas, bajo un proceso de vinificación sin químicos.

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